La cuarta película del director iraní Asghar Farhadi, marca una constante dentro de su cine: a partir de un hecho particular, cuáles son reacciones de quienes le rodean y cuántas máscaras quita; ¿hasta dónde puede llegar la inocencia de una mentira? Con un reparto coral, saltó a los ojos del mundo cuando ésta película fue de las más comentadas y aplaudidas en la 59 edición de la Berlinale, donde obtuvo el Oso de Plata al Mejor Director y, en el Festival de Tribeca, el Premio a la Mejor Película.
Ahmad, quien radicaba en Alemania, decide pasar unos días en Irán – su tierra natal – tras su divorcio. Sus antiguos amigos y compañeros de universidad organizan una estancia de tres días a orillas del mar Caspio y encargan la organización a Sepideh, quien de alguna forma u otra, siempre ha sido quien mantiene la cohesión del grupo. Tras enterarse del divorcio de Ahmad, decide fungir como una especie de «celestina» e invita a Elly, la joven maestra de su hija.
El segundo día de la estancia, cuando todo parecía ir de maravilla, ocurre algo y Elly desaparece. La alegría y la armonía se volatilizan. Surgen las especulaciones, los amigos se preguntan por qué se ha ido.
El ambiente festivo es sustituido por el pánico y los enjuiciamientos de todo tipo. El grupo no verá a Elly del mismo modo que el primer día… hasta que se descubra la verdad.
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