Según Francisco García Lorca, “uno de los personajes que Luis tenía constantemente en la cabeza durante los años veinte era Robinson”. Todo en Buñuel tiene raíces muy viejas.
Aunque la novela en sí no le atraía, el caso mismo de Robinson sí le resultaba interesante: el naufragio, la supervivencia en la isla, la lucha con la naturaleza, la soledad, la aparición de otro hombre, un salvaje.
«Robinson, como las demás me la encargaron… acepté porque hay en él algo puro. Primero es el hombre frente a la naturaleza, no hay romance, ni escenas de amor fáciles, ni serial, ni intriga complicada. Es simplemente un tío que llega, se encuentra sólo frente a la naturaleza y debe alimentarse. Me gustó el tema, acepté e intenté hacer cosas que hubieran podido ser interesantes. Creo que quedan todavía algunas porque cortaron trozos surrealistas e incomprensibles según decían… Hice la película como pude, queriendo mostrar sobre todo la soledad del hombre, la angustia del hombre sin la compañía humana. Quise tratar también el tema del amor o de amistad: el hombre sin la compañía del hombre o de la mujer» Luis Buñuel.
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